El balonmano es un deporte de contacto, pero limpio. Está permitido el contacto de cara, es decir, pecho con pecho, usando las manos sin agarrar al oponente, a fin de obstruir el ataque del equipo rival, pero nunca está permitido los empujones, sean del tipo que sean. Estas faltas se sancionan con tarjeta amarilla, excepto aquellas que son una clara ocasión de gol, que son sancionadas con lanzamiento de 7 metros. Las acciones más duras, agarrones por detrás, agresiones, entre otros, pueden ser sancionadas primero con una amonestación (tarjeta amarilla), pero el equipo sólo puede tener 3 tarjetas amarillas, la siguiente falta que el árbitro crea que merece sanción, será de 2 minutos, no pudiendo sacarse ya más tarjetas amarillas. Esta sanción quiere decir que el equipo debe jugar durante 2 minutos con un hombre menos en la cancha. Un jugador que acumula tres exclusiones recibe la tarjeta roja, lo que implica la descalificación y no puede volver al juego. En su lugar, a los 2 minutos podrá entrar un compañero. La tarjeta roja también puede ser directa, en casos de agresiones que pongan en peligro al jugador contrario, expulsando inmediatamente al jugador que ocasionó el daño.
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